Everything can be fixed up

Everything can be fixed up es una instalación site-specific realizada por invitación de la Colección Museo Ruso de Málaga para participar en la exposición Las cuatro estaciones en el arte ruso, segunda exposición anual en la Colección Museo Ruso de Málaga, un museo de pintura.

Con la pintura como medio, la exposición en el Museo Ruso aborda la visión del paisaje ruso en función de las diferentes estaciones del año, generando una relectura del género paisajístico con connotaciones emocionales e identitarias. De este modo, Everything can be fixed up (2016), plantea su presencia en el museo como cruce disciplinar entre la pintura y la imagen movimiento, estableciendo relaciones, a través de la vídeo instalación, con la colección de pintura de paisaje en la que se inserta. Así, la relación de la instalación con el resto de la colección se establece desde perspectivas antagónicas, es decir, a partir de una desnaturalización del paisaje, industrial, muy alejada de la perspectiva bucólica del genero.

Por último, en cuanto al aspecto instalativo, se evidencia un salto de la imagen estática a la imagen-movimiento no sólo en cuanto a la proyección, sino en el despliegue físico del dispositivo, que separa el lienzo de su emplazamiento habitual, la pared, para distribuirlo uno tras otro de manera secuenciada, como fotogramas por el espacio expositivo. Se produce, por lo tanto, un desplazamiento del concepto de tiempo, del plano de la imagen al plano espacial.

Everything can be fixed up is a site-specific installation carried out by invitation from the Collection Russian Museum in Málaga to take part in the exhibition The four seasons in the Russian art, second yearly exhibition in the Collection Russian Museum in Málaga, a painting museum.

With the painting as means, the exhibition in the Russian Museum deals with the view of the Russian landscape according to the different seasons of the year, creating a reading again of the landscape genre with emotional and identity connotations. This way, Everything can be fixed up (2016) sets out its presence in the museum as a disciplinary cross between the painting and the image in movement, establishing relationships through the video installation with the collection of the landscape painting where it is set. Thus, the relation of the installation with the rest of the collection is established from antagonistic perspectives, it is, from a denaturalization of the landscape, industrial, very far from the bucolic perspective of genre.

Finally, regarding the installation aspect, we can see a leap from the static image to the moving image not only taking the projection into account but the physical unfolding of the device, which takes the canvas apart from its usual place, the wall, to distribute one after another in a sequential way, as frames along the expositive space. It is produced, therefore, a shift in the concept of time, from the image plan to the spacial plan.

Everything can be fixed up, 2016
Vídeo instalación
Full HD Vídeo 25 ´ (Loop).
Vista de la instalación en Colección Museo Ruso de Málaga.

Everything can be fixed up, 2016
Video instalation
Full HD Video 25 ´ (Loop).
Installation view in the Málaga’s Russian Museum.

Vista de la instalación en Colección Museo Ruso de Málaga
Vista de la instalación en Colección Museo Ruso de Málaga